Javier Muñoz, jefe de redacción de la revista HackerCar, me escribía el otro día para preguntar mi opinión sobre la noticia de que Ford ofrecerá descuentos en los seguros de automóviles para los conductores que cedan determinados datos privados (ES).
Lo hará utilizando el módem incorporado del vehículo para registrar la forma de conducir del conductor, y ajustar así sus tarifas en consecuencia con cada renovación del seguro.
Por supuesto esto por ahora se queda para el mercado americano. Hasta el momento Ford Europa no se ha pronunciado al respecto, y entiendo que viendo cómo se las gastan por estos lares en materia de privacidad, dudo que llegue algo así en un corto o medio plazo.
La revista ha publicado ya una pieza (ES) en la que consulta a varios expertos (entre los que me incluyen), así que aprovecho por aquí para dejar mis respuestas, que además debían ser por exigencias del guión (en el artículo tenía que juntar las de varios de los consultados) lo más concisas posible.
Cosa que, viéndolo en retrospectiva, no he conseguido :).
Índice de contenido
¿Es beneficioso para el usuario la monitorización?
Pregunta difícil de responder:
- Si: En tanto en cuanto, y al menos a priori, favorece a los buenos conductores frente a los que cometen infracciones reiteradamente. Y digo a priori, porque al igual que pasó en su día por ejemplo con el IVA cultural en los cines, una cosa es que en efecto los que mejor conduzcan reciban como promete Ford «hasta un 40% de descuento en sus seguros», y otra bien distinta es que los que hacen las cosas bien se queden más o menos como están (mantener los precios), y simplemente esto sirva para penalizar más a los infractores, protegiendo de esta manera aún más el negocio de las aseguradoras.
- No: Por supuesto desde la óptica de la privacidad. Hablamos de un sistema que va a estar analizando nuestro desempeño constante ante el volante, juzgando de forma subjetiva (para los intereses de la aseguradora, recuerdo) nuestras acciones, que bien podrían utilizarse, como ocurrió hace tiempo con un accidente en el que estaba envuelto un coche Tesla, para que la empresa se lave las manos.
¿Qué riesgos hay para el usuario?
Pues todos los que se puedan extrapolar de una herramienta que monitoriza nuestros hábitos diarios:
- ¿Cómo se va a trabajar realmente esa información?
- ¿Cómo se va a almacenar?
- ¿Qué medidas de seguridad se van a tomar para ello?
- ¿Quién va a tener acceso, y bajo qué supuestos, a dicha información?
- ¿Se va a revender a terceros aunque sea con fines «estadísticos»?
- Y sobre todo, ¿qué pasará con todos esos registros de hábitos de movimiento diarios asociados a identidades reales sí un tercero los explota con fines maliciosos?
¿Qué gana la marca con esta monitorización continua?
Habría que conocer los pormenores del acuerdo, pero me da que aunque sea Nationwide quienes gestionan los datos, Ford se habrá guardado también el acceso y explotación de los mismos, seguramente con fines de mejorar las prestaciones de sus vehículos y también, como no, con la idea de basar la estrategia de negocio en datos reales de campo.
¿Veremos más iniciativas así en el futuro?
De hecho ya las hemos visto en el pasado.
Al caso de Tesla que te comentaba antes hay que unirle ese gran interés que tienen las aseguradoras por regalarnos casualmente dispositivos de monitorización de salud.
Hablé en su día de Aetna, una de las principales aseguradoras estadounidenses, que prácticamente está regalando Apple Watch a sus clientes tras un acuerdo con Apple de acceso a dicha información.
Y es normal, habida cuenta de que el negocio de una aseguradora es gestionar el riesgo. Un riesgo que se ha basado históricamente en el conocimiento probabilístico (la mayoría de clientes pagarán el seguro toda la vida sin apenas utilizarlo, lo que supone más beneficios para la compañía que aquel porcentaje de clientes que en efecto han tenido que hacer uso de sus seguros de forma intensiva y negativa económicamente para la aseguradora).
De pronto a ese conocimiento le podemos unir variables de monitorización continua y real segmentada por cada cliente, de forma que lo que antes se calculaba en base a criterios exógenos (¿tienes alguna enfermedad crónica? ¿fumas? ¿bebes? en el caso del seguro médico, ¿has tenido alguna multa? ¿cuántos años llevas conduciendo? ¿qué edad tienes? en el caso de los seguros de coche) ahora puede hacerse también basado en datos de campo.
Que no hace falta que le preguntes a alguien, sino que de esos mismos datos puedes obtener el desempeño y buen que hacer del cliente, tasando su riesgo en mayor o menor según se valoren.
Y vaya, que la tendencia por supuesto es ir a más. Les interesa a las aseguradoras, y le interesa a toda la industria, muchos clientes incluidos ya que a priori se generan incentivos económicos a las buenas conductas.
Como te decía, esto funciona así en EEUU. Que entre con fuerza en Europa ya es algo más complicado, ya que por detrás no deja de ser una explotación masiva de datos de ciudadanos con fines puramente económicos y privados, y subjetivados lamentablemente a las mecánicas negativas que todos estamos pensando.
