hoy en día estoy inmerso en una instalación artística en la que Arduino, y la robótica en general, tiene mucho que decir.

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Es por ello que sigo con entusiasmo todos los avances en materia de impresoras 3D, así como intento participar activamente en los media labs que hay sobre el mundillo por Madrid (por cierto que el día 21 y 28 tenéis cita en MadridOnRails si os interesa el desarrollo bajo Arduino).

De ahí que me haya cautivado el proyecto del escultor francés Gael Langevin, el montaje del robot InMoov, un robot cuyos planos se distribuyen en código abierto (tenéis los enlaces al final de la entrada), y que por ahora tiene avanzado hasta el pecho (es decir, cuenta con cabeza, brazos y torso).

Como no podía ser de otra manera, el cerebro de esta máquina será controlado por un procesador Arduino, lo que lo dota de capacidad para responder a estímulos sonoros, y seguir con la mirada objetos. Los materiales necesarios para imprimirte tu propio robot casero están valorados en unos 1000 euros.

 

Enrique Dans hablaba hace unas semanas sobre la siguiente revolución, y no podría estar más en lo cierto.

Si internet supuso la democratización del software y el contenido, la fabricación casera supondrá la democratización del diseño y de la producción.

Olvídate de la obsolescencia programada y el paulatino abandono de la mano de obra en favor a la robótica, puesto que dentro de unos años cualquiera podrá imprimirse en casa recambios para sus posesiones. Mejor aún, podremos crearlos.

Nacerá por tanto una industria alrededor del diseño, y las fábricas serán en la medida de lo políticamente asumible, trasladadas al hogar, o a centros urbanos donde cualquiera pueda llevar sus planos y construirse el producto.

Fabricación personal, frente a la industrialización genérica: Makers.

Ya no será necesario recurrir a las compañías para crear algo físico, sino que podremos cada uno hacer nuestra ropa, desde la etapa inicial de conceptualización hasta la producción final. O al menos, estaremos en la facultad de poder hacerlo (es comprensible que la mayor parte de la población quiera seguir dependiendo de las mentes creativas detrás de las compañías que rigen el sistema capitalista y consumista actual).

Pero ya no compraremos objetos, sino planos de los mismos, ideas de objeto. Y sino me creéis, nos volveremos a ver dentro de unos años. Tiempo al tiempo.

P.D.: Planos de Inmoov para impresora 3D.