smallfoot censura

En animación Pixar, y por tanto Disney son, de lejos, los grandes referentes cinematográficos.

Y sin embargo, hay vida más allá del gigante del entretenimiento.

Sin ir más lejos, su competidor directo, Warner, tiene un estudio dedicado en exclusiva a sacar títulos de esta índole. Y precisamente una de sus producciones, que salió hace ya un par de años, es la hoy me lleva a escribir esta pieza.

Hablo de SmallFoot, disponible al menos cuando escribo este artículo en Amazon Prime Vídeo (ES). Una película que sinceramente se me había pasado totalmente fuera del radar, y a la que le dimos una oportunidad por casa hace un par de semanas.

¿El corolario? Me ha encantado.

Más que muchas de las producciones de Pixar, que eso ya es decir mucho.

Desde su humor, pasando por el uso magistral que hace de los diferentes géneros musicales, la animación en sí, pero sobre todo, sobre todo, porque tras esa historia aparentemente infantil de un Yeti que, de pronto, se encuentra con un «pies pequeños», es decir, con un humano, hay una mirada tan certera como dolorosa a la realidad de la sociedad actual.

Al uso de eufemismos para referirse al autoritarismo necesario y la autocensura. A ese doblepensar que niega su significado a aquellas palabras que permitirían al pueblo defender sus ideales.

De verdad, que si tienes que ver algo esta semana que sea SmallFoot. Con tus hijos o sin ellos, te guste o no la animación. Porque más allá de unos dibujitos graciosetes, lo que te vas a encontrar es una radiografía del populismo hegemónico que está enfermando las democracias modernas.

La verdad o la mentira solo depende del ojo que la mira

Llega un momento, más o menos a mitad de película, en el que el protagonista es invitado por el líder del pueblo Yeti a comprender lo que está pasando.

A desvelar realmente de lo que va smallfoot.

Colocaré al final de este artículo un vídeo con ese punto en particular, en modo musical, pero es importante que si no la has visto y quieres llegar virgen de spoilers, no lo veas.

Para esos casos, dejo por aquí un extracto, en inglés (de nuevo para que sea más fácil obviarlo si quieres evitar cualquier potencial spoiler) de la letra de la canción:

Every job and every task is pointless as it seems
All of it ensures that this important machine
Keeps turning and turning and spinnin’ around
So those below don’t look up and those above don’t look down
And they’ll look ‘cause even if they hear of these atrocities
The only thing stronger than fear is curiosity

Now you know, now you know, now you know
Wait so, so none of those stones are true, they’re all lies
Now you know, now you know
Good lies to protect our world
But they need to know the truth
Oh do they?

You feel emboldened by your noble quest to find the truth
I chalk it up to the naive innocense of youth
So let me share a secret that you’ll learn as you grow older
What’s true or not true is in the eye of the beholder
So do you wanna prevent our own annihilation? (Yes!)
Then our only goal should be to control the flow of information
Unless you wanna see the Smallfoot conquer and pillage
Then protect the lie and you protect the village

Básicamente, y esto ya va libre de spoilers, con lo que quiero que te quedes es con la síntesis de lo que va esa escena de Smallfoot, con un par de frases que quería resaltar aquí, en negrita:

Solo hay algo más fuerte que el miedo; es la curiosidad.

La verdad o la mentira solo depende del ojo que la mira.

La supervivencia depende del control de la información.

Me parece magistral cómo los guionistas han conceptualizado en este pequeño párrafo la base en la que se levanta el principal reto como sociedades democráticas de hoy en día.

Muy al hilo de aquel tan acertado «Los secretos son mentiras» de The Circle, y que a fin de cuentas, y aunque no se diga de forma tácita, es la base del modelo de negocio hegemónico en Internet, con Facebook como garantes de dicha información.

O el ya tradicional: «No me importa que me vigilen si es para protegerme. Total, yo no tengo nada que ocultar…» que ha sido el pilar defensivo de herramientas de espionaje masivo como las de la NSA, y de buena parte de los sistemas de seguridad nacional actualmente vigentes.

Con el párrafo anterior, y de una forma sutil, el líder del poblado le hace saber que:

  • Solo hay algo más fuerte que el miedo; es la curiosidad: O dicho de otro modo. Si el resto de ciudadanos tuvieran acceso a toda esta información, sería el fin de nuestro modo de vida. La curiosidad, que es de facto lo que nos hace prosperar como sociedad, pasa entonces a ser un adjetivo negativo al compararlo con el miedo. Sin curiosidad, no hay riesgo, ergo seguiremos manteniendo el control.
  • La verdad o la mentira solo depende del ojo que la mira: Una verdad como un templo, y a lo cual ya dediqué en profundidad un artículo hace unos años. El problema de combatir contra las fake news, o contra las teorías conspiranoicas, es que quienes simpatizan con ellas son capaces de obviar las falacias que ocultan amparándose en que algunos de sus principios son ciertos. Que cuesta muy poco crear una mentira, pero demostrar que es mentira requiere de un estudio mucho más complejo, al depender entonces de pilares que sean más sólidos y que probablemente dichos simpatizantes son incapaces de comprender, o peor aún, de valorar. El mejor ejemplo lo tenemos en la premisa principal de un movimiento como el de QAnon (hay una élite mundial liderada por personajes como Hillary Clinton y Bill Gates que comen y violan niños para mantenerse jóvenes). Pese a que se haya demostrado que la gran mayoría de las locuras que se escriben en 8chan han resultado ser falsas, les basta con que una de tantas pueda ser interpretada como evidencial en algún hecho real para validar todas las demás. Y a base de decir tonterías, es cuestión de tiempo que alguna en efecto se acerque a algo de la realidad lo suficiente como para tomarla como cierta.
  • La supervivencia depende del control de la información: Una infantilización de la sociedad heredada de los sistemas autocráticos tradicionales. Una sociedad muy bien informada es un problema únicamente para el status quo regente (quien tiene ahora el poder), ya que basa su poder en el control de la información, y si pierde tal control, pierde su poder, ergo su posición. Pese a que ello pueda ser más positivo para la sociedad (como, de hecho, se ha demostrado una y otra vez en la historia de nuestra civilización).

Todo esto maquetado en una película que va a disfrutar como el que más un niño pequeño, y que ha servido de alimento intelectual para un niño mayor como es quien escribe estas palabras.

Hacen falta en el celuloide más SmallFoot, y menos La Isla de las Tentaciones. Piezas culturales con un envoltorio bonito que planten esa semilla del valor del conocimiento (de la importancia de mantenernos siempre curiosos), y menos basura informativa (o basura a secas) creada única y exclusivamente para atontarnos.

Ojalá que Small Foot fuera más conocida de lo que me parece que acabó siéndolo. Ojalá una nueva generación de jóvenes que hayan sido impactados, aunque sea de refilón, con ese cáncer que es la curiosidad.

Nos va literalmente la vida en ello.

Dejo por aquí el extracto de Smallfoot que comentaba al principio del artículo (con spoilers, aviso). Y puedes verla, al menos en el momento de escribir esta pieza, en Amazon Prime Video.

No te defraudará.

Extracto (con spoilers) de Smallfoot

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