xiaomi mi a2

El miércoles se presentaba en Madrid la segunda iteración del que sin lugar a duda ha sido el móvil revelación desde finales del año pasado: el Xiaomi Mi A1.

Un servidor estaba, como tantas otras veces, invitado. Pero tuve que declinar al estar disfrutando de un retiro espiritual (jeje) por las Islas Canarias (de ahí mi inactividad de estos días). Lo que no quita que estuviera siguiendo la presentación vía twitter.

La ocasión claramente lo merecía.

El caso es que los móviles presentados me han dejado un sabor de boca bastante aceptable. Eso sí, creo que no vamos a volver a vivir lo experimentado con ese primer Mi A1. Pero vaya, que eso no tiene nada de malo.

El Xiaomi Mi A1 llegó al mercado en un momento en el que directamente en calidad/precio no tenía competencia. Algo más de medio año después, el ecosistema se ha adaptado (me resulta no obstante difícil todavía hoy en día no recomendarlo), y a esto hay que unirle que lo que hace de verdad interesante el Mi A2 no es precisamente el dispositivo, como veremos a continuación.

Los chinos se han sacado de la manga un Xiaomi Mi A2 Lite (ES) que es, a fin de cuentas, el sucesor espiritual del Mi A1 en cuanto a calidad/precio. Un hardware y un rendimiento semejante al Mi A1, con el detalle de haber incluido notch en la pantalla (para quien lo quiera…) y una batería de 4.000 mAh que la verdad es de lo poco que me llama la atención, saliendo al mercado a un precio que sin ser sorprendente, es más que aceptable: 179 euros.

El Xiaomi Mi A2 (ES), sin embargo, sí me parece bastante más interesante:

  • Primero, por montar un Snapdragon 660, el siguiente al que montase el Mi A1, y que aunque pertenezca a la familia 600 (gama media), me gustaría recordar que iba a salir al mercado como procesador de gama alta (los de la familia 800).
  • Segundo, por su RAM, que aunque en efecto parte de los 4GBs (prácticamente el estándar ya de la clase media) y la versión con 6GBs se dispara de precio, hay que recordar que hablamos de DDR4, superior en velocidad a la que montan la amplia mayoría de terminales por este precio.
  • Y terminando por sus cámaras, que de nuevo en criterios puramente técnicos no parecen despuntar (pasamos de una cámara frontal del montón a una de 20Mpx, y una trasera doble de 12Mpx y 20Mpx respectivamente), siendo el punto más diferenciador el haber conseguido bajar considerablemente el número f (1.75f). Ergo, mejores fotos en condiciones lumínicas deficientes. Justo el pero que tenía la cámara del Mi A1.

Como ves, tres elementos que no sorprenden… si nos atenemos únicamente al hardware.

Y ahí está el error en el que a mi modo de entender están cayendo casi todos los medios tecnológicos. 

El hardware es cada vez más intrascendente

No me cansaré de repetirlo. Analizar tecnología hoy en día va mucho más de entender de software y experiencia de usuario que de basarse en variables puramente cuantificables, como son los test de estrés y rendimiento.

Podría hablar de cualquier producto, pero por volver a sacar el tema de Mi A2, el punto fuerte del terminal viene dado por toda la capa de inteligencia artificial y optimización que tanto Google como Xiaomi han incluido en el software.

Ya expliqué en su momento que el verdadero atractivo del Mi A1 era que en él corría Android One, una versión limpia de Android, y lo más importante, que además con ello nos asegurábamos de recibir las actualizaciones, tanto de SO como de seguridad, a los pocos días de que salieran, y durante un mínimo de dos años.

En el momento de escribir esta pieza, mi Xiaomi Mi A1 tiene la versión 8.1 de Android y el parche de seguridad de julio instalado. Ahora coge un Samsung, un Huawei, un loquequieras de gama media (está claro que el Galaxy S9, que salió como quien dice el otro día, va a mantenerse unos meses actualizado al ser el buque insignia de la compañía), y dime cómo están…

Las cámaras traseras del Mi A2 podemos encontrarlas perfectamente en terminales que andan por su precio. La cosa es que esos terminales no van a contar, por ejemplo, con el sistema de desenfoque selectivo de Xiaomi. Tampoco con su reconocimiento de caras (lo que te diga la edad estimada es una tontería, sí, pero que de paso te reconozca como cara y se enfoque en obtener la apertura adecuada para que nuestro rostro salga correctamente iluminado ya es otra cosa), y ni con todas las optimizaciones que lleva para mejorar la calidad fotográfica (ayuda al enfoque, selección inteligente de luminosidad…).

Es, de hecho, lo que comentaba ya hace un tiempo a colación de la evolución de las cámaras del smartphone. hoy en día compramos una cámara que además sirve para navegar por Internet, y si eso, para hacer llamadas. La competitividad del mercado de smartphones se mide en la simplificación hasta el absurdo del hecho de apretar un botón y obtener una instantánea lo más profesional posible. Que el usuario, normalmente sin conocimiento alguno de fotografía, pueda obtener capturas de calidad en cuantos más escenarios sea posible. Obviando tema de luminosidad, de enfoque, e incluso de encuadre. Lo que obliga a pulir al máximo los algoritmos de inteligencia artificial, a enseñar a la máquina a entender qué es estéticamente bello y qué no, qué tiene delante (no es lo mismo sacar un paisaje que un retrato), con toda la complejidad que ello supone.

Y esto es algo que, lamentablemente, no he visto reflejado en casi ninguna review de estos días. Es algo que no suelo ver en análisis tecnológicos, habida cuenta de que precisa de un conocimiento técnico más completo que el típico análisis banal de especificaciones, que a fin de cuentas es sota, caballo o rey.

Y a esto hay que unirle la necesidad de llegar el primero

Ir a una presentación tecnológica es ver a decenas de «periodistas» con el portátil apoyado en las rodillas, aporreando el teclado mientras el speaker de turno escupe especificaciones técnicas.

Los más experimentados ves que ya vienen con el artículo casi escrito (hoy en día, y a poco que estés en el mundillo, ya conoces la mayoría de datos técnicos de los productos antes de la presentación), esperando para incluirle unas cuantas fotos, poner una frase por aquí y otra por allá, y darle a enviar tan pronto da fin el embargo que la empresa de comunicación de turno nos ha impuesto.

El resultado, como muchos habréis visto, son artículos que parecen un mero copy/paste de la nota de prensa. Que pretenden parecer una opinión personal del analista, o en el peor de los casos, con un triste «En construcción…», cuyo único objetivo no es informar al lector (lo que debería ser su negocio), sino simplemente arañar unos minutos de posicionamiento a la competencia, consiguiendo con ello más visitas (ergo, más publicidad cargada).

El colmo de los colmos, sin embargo, creo que se lo llevan esas supuestas «Primeras Impresiones». Que llámame loco, pero al menos un servidor, que lleva ya unos cuantos años en esto, necesita algo más que un par de minutos con el dispositivo en la mano para poder decir sin que me chasqueen los dientes que he probado el terminal.

¿De verdad tiene sentido hacer una review de un producto que has visto expuesto justo después de la presentación? Un producto que viene con las aplicaciones que el fabricante ha decidido ponerle, sin cuentas asociadas, y enchufado permanentemente a un cable. Eso sin olvidar la manía que tienen los fabricantes de colocar luces que parecen sacadas de una discoteca en la zona de pruebas.

Que si, te puede servir para sacar las fotos de rigor, para trastear un poco con el dispositivo, y a lo sumo para probar algo como la cámara en un entorno específico. Pero ni mucho menos debería servir para marcarse una review…

Cuando un lector lee un análisis tecnológico, entiendo que espera conocer la experiencia real de un profesional… en su día a día. No lo que ha podido intuir en un par de minutos delante del mismo. Y el análisis bruto de especificaciones no sirve para nada por mucho expertise que tengas. Ahí entra la optimización (ergo, el software) que el fabricante e intermediarios ha incluido en el dispositivo. El ver qué tal se comporta la batería después de un mes de uso diario, con aplicaciones y servicios sincronizados del día a día.

Me niego a pensar que el consumidor que consulta en la red antes de decidirse (la mayoría del sector tecnológico) se queda únicamente por el tamaño de pantalla y por los megapíxeles que tiene la cámara. Si es así, demuestra que no tiene ni idea de la electrónica de consumo de nuestra era.

Y me jode ver a muchos de los grandes medios de comunicación especializados (no pongo nombres, que esta crítica compete en mayor o menor medida a casi todos, pero vaya, que los que estáis por aquí sabéis de quiénes hablo) cayendo en dicho error. ¡Que ellos deberían ser el ejemplo a seguir, coño! A fin de cuentas, sus decisiones, al igual que las que tenemos los menos conocidos, impactan significativamente en el éxito o fracaso de un producto, en la propia evolución de la industria.

En fin, que debe ser que me hago viejo, y hay cosas con las que antes era transigente y ahora me irritan en demasía.

Por lo pronto, y como un servidor no vive de atraer tráfico no cualificado a su página, me permito el lujo de tomarme con calma eso de publicar análisis tecnológicos.

Tengo desde hace un par de meses la nueva cámara de Xiaomi (EN), y llevo algo más de un mes probando en profundidad un wearable de Huawei y unos casos bluetooth. De la cámara he ido publicando algunos vídeos por mi canal de Youtube (ES). De los otros acabaré publicando algo cuando de verdad le vea sentido hacerlo. Si es que lo veo, que esa es otra :D.

Si estás por aquí esperando análisis a las pocas horas de salir al mercado el producto, basados práctica o exclusivamente en la nota de prensa que nos envían las compañías, y en los números de sus especificaciones técnicas, estás en el lugar incorrecto, amig@ mí@. Pero no hay drama, que tienes a tu disposición, a tan solo un clic de distancia, decenas de pseudo-reviews cortadas por este mismo palo.

Es al parecer lo que sigue mandando en la industria. Lo que funciona.

Fíjate tú qué preocupación llevo encima…

P.D.: Y en efecto, ya estoy de vuelta. Aunque esta vez escribiendo desde la habitación de un hotel en Alicante, que en un momento empieza el SEOPlus (ES), el mayor evento de SEO de España, en el que estoy invitado como parte del equipo de SM. El lunes vuelvo a la rutina habitual de piezas, con las pilas nuevamente cargadas. Así que prepárate :).