El jueves por la noche (horario español, claro está), saltaban las alarmas.

John Mueller, Webmaster Trends Analyst lanzaba la bomba por la red social, en un artículo que explicaba que a partir de ahora, Google Authorship pasará a mejor vida.

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¿De qué demonios me estás hablando, Pablo? Se preguntará usted, y un servidor gentilmente le explicará que se trataba de una herramienta muy socorrida para todos aquellos que nos dedicamos a esto de internet, con la que podíamos asociar un proyecto (véase un artículo de un blog, o el desarrollo de una página o aplicación) a una identidad, de tal manera que esta acompañaba el enlace cuando este aparecía en las búsquedas de Google.

A esto, únale la renuncia de Vic Gundotra (ES), hasta entonces director de la red social, poco antes del verano, la nula aparición de novedades en Google+ en el último Google I/O y al continuo movimiento de servicios incluidos en la red que pasan a funcionar por separado.

Quedarán por tanto anticuados aquellos tutoriales que en su momento hice sobre cómo habilitar el Google AuthorRank (como se llamaba por aquel entonces a la identidad personal en la red), de una época en la que este tipo de servicios estaba fuertemente ligado al SEO.

Desde entonces, ya ha llovido, y viendo el camino que Google parece estar tomando, no veo del todo claro el futuro de Google+. Y lo dice una persona a la que sinceramente le encanta. Ya no solo porque en ella tenga algo más de 2.300 seguidores (ES), que le haya dedicado su tiempo para gestar un par de comunidades que rondan actualmente los 11.000 usuarios (Desarrollo Web (ES)) y 1.300 (Apple en Español (ES)), que haya sido y siga siendo moderador en otras tantas, y que represente hoy en día el 56% del tráfico social a esta web (que se dice pronto), sino porque este tipo de estrategias por parte del gigante me hacen constatar que la mayoría de usuarios no le han acabado por encontrar provecho.

Y créame si le digo que como red social de intereses verticales seguramente sea la mejor que hay en la actualidad. Una red social abierta, con un potencial inmenso de control del eco de las publicaciones gracias a una gestión muy acertada de usuarios en círculos, y donde la propia tipología de la red favorece la compartición y el debate.

No será la primera vez que me oye decir que recibo muchísimo más feedback de mis artículos en Google+ que en el resto de canales habilitados (incluyendo el propio blog). Una red que me ha servido para conocer a grandes genios, que democratiza nuevamente el acceso a esos cracks del sector que parecen estar a otro nivel.

Pero claro, esto lo dice un usuario diario del servicio ¿La realidad? Millones de usuarios de otros servicios de Google absurdamente forzados a crearse un perfil en Google+. Una decisión lamentable por parte de un gigante que hace tiempo dejó de tener interés en crear grandes experiencias, y cedió terreno frente a la dictadura de los informes trimestrales.

¿Google+ desaparecerá en cualquier momento? Sinceramente, no lo creo. Tienen un servicio tan bueno y tan avanzado respecto a la competencia, que quiero pensar que tendrán cabeza para continuarlo. Pero donde antes había un prometedor futuro, ahora hay niebla.

¿Qué gana Google con la erradicación del Google Authorship? La respuesta, después de este fin de semana de contrastes con varios círculos cercanos, pasa por los mismos derroteros: la paulatina disminución de la presencia de enlaces orgánicos «atractivos» frente a los patrocinados. Entre las causas, tengo claro que el que apareciera el careto de un servidor junto a los usuarios que me siguen y los círculos que me tienen agregados seguramente generaría más confianza para un internauta que el típico enlace con título y descripción únicamente.

Pero claro, si ese enlace es el patrocinado, pues como que no mola para el negocio.

¿Seguirá afectando al SEO el valor asociado a la identidad de quien escribe/desarrolla un proyecto? Quiero pensar que internamente seguirá afectando (no han dicho nada de cargarse el AuthorRank), pero quizás no en la cuantía de lo que lo hacía ahora (si es que alguien sabe en qué cuantía lo hacía). Lo que está claro es que el atributo rel=»author» ya no es necesario, lo que tampoco quiere decir que por ello Google no sepa que eres tú quien está detrás (de eso se encargan las cookies y el canvas fingerprinting).

Y de paso un toque de atención para recordarnos que depender de una única plataforma nunca será buena idea (ni de dos, ni de tres,…).