uso vpns wifi hotel

Es un tema curioso, al que quería dedicarle unas palabras.

El caso es que, como ya he contado en más de una ocasión, un servidor utiliza de forma continua en su smartphone la VPN de Google, un servicio que no hace mucho que fue activado por estos lares para los usuarios de pago de Google, y que básicamente te ofrece una VPN con elección automática de servidor (por Europa sus servidores están en Irlanda) que ofusca todas las conexiones que hagas desde el dispositivo.

No puedes cambiar de servidor, y por tanto, tampoco puede ser utilizada para acceder a contenido de fuera de tu país (a no ser que justo donde esté el servidor que te toque te sirva para este cometido), pero oye, es super cómoda de utilizar, puedes discriminar qué apps la deben utilizar y cuáles no, y no tiene apenas impacto a nivel de velocidad de conexión.

A esto súmale que los contratos de gigas ilimitados REALES (no los que te limitan velocidad cuando pasas de X GIGAS, la tarifa plana de velocidad y consumo real) son ya el pan nuestro de cada día. Al menos, para quien escribe. Que por casa preferimos pagar un poco más para saber que, sí o sí, incluso cuando estamos en casa, si la conexión de fibra que tenemos falla, tenemos una alternativa que se le acerca sensiblemente, sin tener que preocuparnos si este mes hemos consumido más o menos.

Esto hace que, sobre todo para los que vivimos en Europa, el uso de VPNs comerciales haya pasado, al menos en esencia (ya digo que utilizo de forma continua una), a un segundo término.

Gracias al roaming europeo, incluso cuando salimos de España podemos seguir navegando con el móvil a máxima velocidad sin depender de WiFis de terceros. Y puesto que el smartphone es, en esencia, un router, desde él podemos dar conectividad al resto de dispositivos, ordenador y tablet incluidos.

Puesto que en el smartphone tengo una VPN instalada, y puesto que estoy utilizando mi propia conexión pagada a la operadora, sin intermediarios, ya puedo estar en casa, o en Alemania, que se podría decir que mis conexiones gozan de un nivel de seguridad considerablemente alto.

Sin embargo, basta mirar hacia atrás apenas unos años, o simplemente salir a un país que no tenga acuerdo de roaming incluido con Europa, como nos pasó hace unos días con el viaje a Colombia, para que el uso de VPNs se vuelva crítico.

De vuelta a la VPN comercial en viajes internacionales

Al menos con nuestro operador, en Colombia no gozábamos de roaming incluido, lo que quiere decir que, en efecto, podríamos seguir utilizando nuestra conexión (capada, eso sí), pero a un coste de infarto. Varios eruos por cada 100mbs consumidos. Un disparate, vamos.

Así que ya en el avión toca hacer lo que hacía tiempo que no hacía: Desactivar el roaming, de forma que cuando lleguemos al aeropuerto de Cali, y hasta que volvamos a territorio europeo, no tengamos conexión a red.

Piensa además que aunque hemos intentado desconectar un poco, íbamos realmente por negocios, por lo que hemos seguido trabajando, y que por tanto necesitábamos seguir conectados.

Así que vuelves a depender, como hacía años que no dependía, de la WiFi de los hoteles y la WiFi del congreso. Y si me apuras, de cualquier WiFi donde te puedas conectar, ya sea para concertar esa cita que tienes en media hora con tal cliente, o para revisar el mapa y asegurarse uno que vas en buen camino.

Todo esto son, en esencia, conexiones a redes de las cuales no tienes control alguno, y que fácilmente pueden ser maliciosas.

Sin ir más lejos, es relativamente común que en los alrededores de hoteles en zonas business haya repetidores WiFi que emulan las conexiones del hotel con la esperanza de cazar algún despistado con el WiFi activo por defecto… que realice algún envío de paquetes de datos sin cifrar.

Que dices tú… hombre, hoy en día los principales servicios (apps, webs) utilizan habitualmente conexiones SSL. Ya… pero hay datos que se envían en texto plano para agilizar las cosas, y de nuevo, estás dependiendo de una buena implementación de un tercero para la seguridad de tus cuentas personales y corporativas.

Algo no muy recomendable, la verdad.

Es bajo este escenario donde, como decía, he vuelto a requerir de forma continua el uso de una VPN disponible en todos los dispositivos. En mi caso, la que llevo ya años instalada (y sin apenas darle uso) en todos mis dispositivos: NordVPN (ES).

Es más, una semana antes de irme decidí probar a que NordVPN se habilitase automáticamente tanto en mi tablet como en mi portátil, por ver si en el día a día, incluso cuando trabajo desde casa, notaba algún cambio (reducción de velocidad, apps o programas que no funcionan correctamente…).

Y por ahora nada. Así que ahí se queda.

Da mucha tranquilidad saber que puedes conectarte a cualquier lado, a sabiendas de que tu conexión sí o sí va a ir cifrada, y que por tanto si alguien está escuchando, lo único que verá son caracteres ilegibles incluso en todo ese contenido que tu dispositivo envía por defecto sin cifrar.

Una herramienta crítica para usuarios corporativos, por supuesto, pero una recomendación también que tengo que hacer encarecidamente también para todos aquellos que os vayáis de vacaciones y tengáis la necesidad, o el interés, de conectaros a redes inseguras.

¿Te preocupa tu Seguridad y Privacidad Online?

He diseñado este curso online en 8 módulos en el que cubriremos todos los fundamentos de la ciberseguridad, ayudándote paso por paso a configurar la seguridad y privacidad de tus cuentas digitales y de tus dispositivos.