Noviembre ha sido un mes movidito para un servidor. Prácticamente todas las semanas he tenido jaleo fuera de casa, con varios viajes de varios días fuera incluidos.
Como ya expliqué en su día, un servidor tiene desde hace tiempo preparados varios setups para viajar según el número de horas o días que esté fuera. Desde la típica mochilita pequeña para pasar un día de trabajo en, por ejemplo, un evento en Madrid, hasta la maleta de equipaje de mano con la que me he llegado a ir hasta un mes.
Obviamente, tengo una mochila un poco más grande que la primera, y sin llegar a ser maleta, donde tengo todo preparado para los típicos viajes como los de este mes, de varios días fuera: que si cargador tipo C (ES), que si trípode/palo selfie, que si pincho USB, etc etc etc.
En ella tengo prácticamente todo lo típico que necesito para estar en un hotel o en algún evento, pero estos días he tenido viajes un tanto particulares: de negocio, pero alojándome en casa de familiares e incluso de algún amigo.
Y aunque por supuesto con lo que ya suelo llevar en esa mochila tenía de sobra, había una casuística en particular que por las propias dinámicas de quedarte a dormir en una casa de un conocido, y no en un hotel, eché en falta.
Poder elegir a qué velocidad quería cargar mis dispositivos móviles según el tiempo del que dispusiera, y usando siempre la menor posible para mantener en el punto óptimo los ciclos de vida y autonomía de la batería.
¿Que de qué estoy hablando? Pues ahora mismo te lo cuento.
Índice de contenido
Ciclos de carga
Hablaré de los smartphones, por ser el típico dispositivo móvil que todos llevamos encima, pero esto mismo aplica a cualquier dispositivo con una batería en su interior. Portátiles, tablets, wearables, auriculares… Todo lo que tenga una batería, sufre del mismo problema: la batería es la pieza de hardware que menos longevidad suele tener.
De hecho, y no sé si a ti te ha pasado, un servidor está cambiando el móvil cada dos o tres años no porque estos se queden obsoletos o desactualizados, sino que siempre es por el mismo motivo: la batería ya no me dura lo suficiente como para aguantar un día de evento o viaje fuera de casa.
Llegados a este punto, y antes de meternos en faena, decir también que al menos quien escribe estas palabras tiene una máxima: intento, en la medida de lo posible, optimizar la carga de mis dispositivos. Pero ante todo, primo la experiencia de usuario.
Es decir, que todo esto que voy a decir a continuación lo aplico siempre y cuando no sea un impedimento para mi día a día. Si me lo tengo que saltar (como, de hecho, hago habitualmente cuando estoy fuera de casa), me lo salto, y no me quita el sueño.
Hechas las presentaciones, vamos al lío.
Vida útil de un dispositivo móvil
Básicamente nuestros dispositivos móviles tienen una batería que ha ido evolucionando con el tiempo, y parte de los problemas típicos de desgaste de la batería se han ido reduciendo, bien sea por software, bien sea por la propia tecnología que usan (ion-litio en la mayoría de los casos, con algunos añadidos «inteligentes» de estos últimos años).
Sin ir más lejos, la mayoría de móviles modernos puedes configurarlos para que en las cargas nocturnas, la batería solo se cargue hasta el 80%, dejando el 20% restante solo para los últimos minutos antes de que suene la alarma que tengas configurada.
A este sistema se le llama de carga inteligente, y como te decía, tanto la mayoría de ROMs de Android, como las de iOS, lo ofrecen en algún apartado de los ajustes de Batería. Échale un vistazo a tu dispositivo y si usas habitualmente una alarma para despertarte, no estaría de más que lo activases.
Pasa, de hecho, lo mismo con los portátiles. Mi portátil (Huawei MateBook) ofrece una opción semejante desde los ajustes de la propia aplicación de huawei en el dispositivo. No tanto para las noches, sino para épocas largas en las que vas a tener el portátil siempre conectado. Algo que, por ejemplo, me pasa en verano y en Navidades, cuando estamos viviendo en la casa de Asturias (el portátil pasa de ordenador secundario al principal, y por tanto a un uso diario).
¿El por qué de estas funcionalidades?
Pues porque las baterías, por muy «inteligentes» que sean, no dejan de ser un acumulador eléctrico. Uno que sufre más (se desgasta más rápido) conforme más cerca de uno de los dos límites está.
Es decir, que para intentar que una batería de cualquier dispositivo dure lo máximo posible, lo perfecto sería que esta estuviera siempre entre el 20 y el 80% de carga.
De esta manera, no llega nunca a estar vacía, y tampoco llega nunca a estar llena, lo que evita problemas al hardware interno.
Ahora bien, como esto no se puede controlar siempre (y tampoco tiene sentido que nos quite el sueño, recuerda), lo que vamos a intentar es que el dispositivo pase el menor tiempo posible en la franja del 0 al 20%, y en la del 80 al 100%. Algo que se consigue, como te decía, usando este tipo de funcionalidades de software.
Velocidad de carga
Hay, sin embargo, otro factor fundamental a la hora de mejorar la autonomía de nuestros dispositivos móviles, y ese no es otro que la velocidad a la que los cargamos.
¿Que por qué afecta la velocidad de carga?
Pues porque a mayor velocidad de carga, mayor intensidad de carga, y por tanto, mayor calor se produce.
Y ya deberías saber que el calor es el enemigo número uno de cualquier componente electrónico. No es casualidad, por tanto, que los centros de datos más avanzados del mundo operen en espacios con una refrigeración exageradísima (varios grados por debajo del 0 celsius), o que, trasladado a electrónica de consumo, los PCs de gaming más potentes usen refrigeraciones líquidas para mantener, precisamente, lo menos caliente el hardware interno.
Así pues, lo perfecto sería que siempre cargásemos el dispositivo por cable, y al menor voltaje posible. El considerado de carga lenta, vamos, el de toda la vida.
¿Cuál es el problema? Pues que esto entra en conflicto con la vida de muchos de nosotros, al menos en según qué supuestos.
Y te voy a poner varios ejemplos:
Mi móvil tarda en cargarse con la carga lenta alrededor de 4 horas.
Con una carga rápida de 20W, como una hora.
Para un día normal, en el que estoy durmiendo en casa y al día siguiente tengo una jornada de trabajo rutinaria en CyberBrainers, con la carga lenta de noche, usando la carga inteligente, me aseguro que cuando me suene el despertador tenga el móvil al 100% de batería y este se haya cargado lo más lento posible.
Pero para una jornada en otra ciudad, con un uso excesivo de batería (por ejemplo, muchas llamadas de trabajo y uso del móvil como herramienta de productividad) igual para la noche me puede servir la carga lenta, pero necesito tener, sí o sí, alguna opción de pegarle un chute al móvil en cualquier sitio a la máxima velocidad si veo que me estoy quedando sin batería y aún me faltan varias horas para que pueda llegar al hotel.
Y para, por ejemplo, un viaje de turisteo, donde voy a estar sacando seguramente muchas fotos y vídeos, igual me interesa contar con una batería de carga inalámbrica (pese a que este tipo de cargas suelan ser más lentas y además produzcan más calor que la carga por cable), de manera que no tenga que estar conectando y desconectando el móvil continuamente cada vez que quiera sacar una foto, y volver a guardarlo nuevamente en la mochila o el bolsillo.
¿Ves por dónde voy?
La idea es, para según qué escenario, tener a mano alguna manera de cargarlo de la forma más óptima para las necesidades del momento… y en segunda instancia para la longevidad de su batería.
En su día hice una comparativa del desgaste y tiempos de carga que teníamos según el tipo de cargador y la tecnología que usemos de carga, por si le quieres echar un vistazo.
Entran en juego los cargadores multivoltaje
Todo esto aplícalo tanto al móvil, como en definitiva al resto de dispositivos móviles que tenemos.
Estos días, como te decía, he tenido varios viajes híbridos (parte trabajo, parte personal), y en este escenario, por el simple hecho de quedarme a dormir en casa de alguien de confianza, y no de un hotel donde tengo que estar quitando y poniendo los dispositivos cuando estoy dentro o fuera de la habitación, he echado en falta tener alguna manera de cargar lentamente los dispositivos, ya que suelo llevar conmigo para viajes solo cargadores de carga rápida y la batería externa inalámbrica (que es algo más lenta, pero igualmente desgasta casi lo mismo por la pérdida de energía vía calor).
Para estos escenarios, y también para aquellos que en casa no habíais pensado en tener opción, un cargador USB C (ES) de una o varias tomas, que nos ofrecen poder cargar en paralelo dos o más dispositivos… o ya puestos, poder elegir a qué velocidad queremos que cargue cada uno.
Sin ir más lejos, el modelo que han sacado hace poco, con tecnología GaN (la más actual de todas, y por tanto más eficiente actualmente en cuanto a disipación del calor y tamaño, para no entrar en mayor detalles), y que es el que he pasado a tener metido en mi mochila de viaje, nos permite una carga vía USB tradicional de 18W, y una por USB de tipo C de 65W.
Esto significa que puedo, por ejemplo, cargar mi portátil a 18W (una carga lenta en portátiles) o a 65W (la carga rápida para un dispositivo de estas características) según viera que simplemente necesito que el portátil no pierda batería mientras trabajo con él, o necesito cargarlo porque en un rato me voy a tener que ir con él a trabajar a otro sitio.
Y lo mismo aplica con la Steam Deck que suele acompañarme en los viajes, o con cualquier móvil actual que admita cargas rápidas (dentro de poco la de 18W va a acabar siendo considerada como de carga media, al paso que vamos…).
Y sí, obviamente el tener en un mismo cargador dos o tres enchufes nos permite cargar varios dispositivos en paralelo. El uso habitual de este tipo de cargadores (ocupan lo mismo que cualquiera pero te sirven para varios dispositivos), pero que tienen como añadido lo que te comentaba: la posibilidad de usarlo para decidir, en cada momento, qué velocidad y amperaje queremos tener.
Avisado quedas :D.
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¿Quieres conocer cuáles son mis dispositivos de trabajo y juego preferidos?
Revisa mi setup de trabajo, viaje y juego (ES).
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¡Hola!
Respecto de carga de portátiles, algunos tienen una opción muy interesante en el setup (lo que a veces llamamos «BIOS»): el harbour mode. Ideal para los portátiles que van a pasar un mes o dos en el fondo de un armario (portátiles de escuelas en verano, o «portátiles» usados como sobremesa que no salgan de la oficina en agosto.
He visto esa opción en los Toshiba de mi empresa; en cambio, no la he visto en los HP.
Muy buen aporte José. No la conocía, sinceramente.