smartwatch y auriculares

Creo que el primer wearable como tal que analicé por estos lares fue el Moto360. Corría el año 2014, y por aquel entonces la idea de tener un reloj que además de dar la hora se sincronizase con tu smartphone o te permitiese consultar un mapa guiado parecía cosa del futuro.

Hablamos de unos dispositivos que entraron en el mercado enfocándose claramente en el nicho de los early adopters, de los frikis, para que nos entendamos.

En más de una ocasión durante esos primeros años me encontré con más de uno que me lanzaba una mirada de sorpresa al ver que estaba interactuando en la calle con el supuesto cristal de mi reloj, y algún otro que para salir de dudas se me acercaba y me preguntaba que qué demonios llevaba en la pulsera.

Y mira que frente a la competencia, el Moto360 era precisamente de los primeros que apostaban por heredar la forma circular del reloj tradicional. Que si no fuera porque mientras no lo mirabas la pantalla estuviese en negro, perfectamente pasaba desapercibido.

Un año más tarde llegaría Apple con su Watch, y lo demás, como se suele decir, es historia.

  • Partiendo de la base que democratizó las pantallas cuadradas en la pulsera: Un formato que tiene mucho más sentido para el consumo de información, pero que de nuevo, algunos seguimos erre con erre con eso de que estéticamente no es lo mismo.
  • Y terminando por dominar, como ya les pasara con otras tantas industrias (¡hola MP3!, ¡hola smartphones!,¡hola tablets!) el mercado, hasta el punto de que recientemente sabíamos vía informe de Strategy Analytics que Apple ha vendido el año pasado más unidades de Watch que toda la industria relojera suiza JUNTA (EN).

Lo repito por si no ha quedado claro. Un solo dispositivo (bueno, cuatro si contamos sus paulatinas versiones) que llegó al mercado en 2015 supera ya en volumen de ventas (y no queda claro si también en facturación) al resto del mercado tradicional conjunto.

Pese a ofrecer un producto con un ciclo de vida infinitamente más pobre (3-4 años frente a los… ¿100-150? de un reloj suizo), con una autonomía que no se mide en años (algunos directamente duran hasta que dejan de funcionar), sino en día, día y medio. Pero que por supuesto ofrece muchísima más funcionalidad. A fin de cuentas, ya no solo marca la hora y si eso algún que otro dato como la altura o presión atmosférica, sino que es a efectos prácticos una miniaturización del smartphone. Un ordenador que puede operar de forma autónoma con una SIM y que ya ha creado su propia redefinición de la moda.

smartwatch DIY

De relojes y pulseras va la cosa

A un servidor al menos le parece increíble que en apenas un lustro hayamos pasado de un entorno en el que lo que llevábamos en la muñeca solo servía para dar la hora, a otro en el que tenemos un acercamiento cada vez más fiable a la monitorización continua de variables de salud. Que luego le demos uso o no, y este sea o no adecuado, es otro tema.

Llevo desde principios de año utilizando el modelo 6 de smartwatch de la marca Fobase (se llama Watch6 a secas, vaya) que recupera el formato tradicional del reloj pero por supuesto incluye buena parte de las prestaciones de «inteligencia» que se esperan en un reloj «de los de ahora».

De hecho me lo enviaron tras apenas intercambiar un par de emails, y para mi sorpresa cuando lo abrí me encontré con que me habían personalizado una de las tres coronas intercambiables con mi nombre. Es una tontería, lo sé, pero como ya hemos comentado en otras ocasiones, la personalización me parece un movimiento brillante para ganarte a ese cliente y que al menos, como ocurre en mi caso, ahora tenga en mente lo que vaya sacando la marca.

¿Lo más importante, al menos para mi? Pues que su autonomía, por lo que decía en la web de la compañía, da para una semana. Pero a mi, sinceramente, me ha durado más de DOS MESES sin cargarlo. Recibí el producto a finales de enero, y la siguiente vez que lo tuve que cargar fue a finales de marzo. ¡Increíble!

Por supuesto depende mucho del uso que le des (yo por ejemplo tengo quitado eso de que se active la pantalla por el movimiento, ergo al día realmente lo activaré como tres o cuatro veces a lo sumo, y ninguna notificación más allá de las llamadas de teléfono). Ya he comentado en más de una ocasión que sigo siendo reacio a eso de tener que cargar el reloj cada día, y que además me interesa que éste pueda monitorizar ya no solo mi actividad física, sino también mis ciclos de sueño… lo que entra en conflicto con el primer punto (lo habitual es que la gente que tiene un Watch de Apple lo cargue por la noche).

Es ahí donde me he llevado la mayor sorpresa de todas, y es que la aplicación de gestión de los datos de monitorización me parece simple y profunda al mismo tiempo. Resulta extremadamente sencillo navegar por su interfaz, pero a la vez ofrece muchísima información con un mimo por el detalle gráfico que es de aplaudir.

Para muestra, de hecho, por aquí tienes una comparativa de DaFit frente a la típica interfaz de las pulseras y relojes de Xiaomi y Amazfit, la MiFit:

comparativa daFit miFit
En ambos casos, el pantallazo de la izquierda es de DaFit, y el de la derecha de MiFit

Además, y aunque por razones lógicas un servidor no lo va a utilizar, me ha gustado ver que incluye entre sus funcionalidades la de gestión de alertas y recordatorios de ciclos menstruales. Fíjate que llevo ya unos cuantos wearables probados y creo que ninguno de los anteriores incluía esta funcionalidad, estando como está tan relacionada precisamente con la monitorización de salud, y a sabiendas de que buena parte de las mujeres utilizan al menos una aplicación para tener controlado este tema.

Del resto de cosas, pues lo esperable en un wearable en pleno 2020. Cuenta con:

  • Monitorización de actividad diaria: Que si pasos, que si KMs, que si comparativa con otros días, que si hitos, que si cronología…
  • Monitorización del sueño: Fases del sueño, cronología, comparativa con otros días y con la media de usuarios…
  • Monitorización de salud: Frecuencia de ritmo cardíaco, presión sanguínea (ojo que esto no es tan habitual), oxígeno en sangre (otro que no se suele ver) y el ya citado ciclo fisiológico en mujeres.
  • Monitorización de deporte: Básicamente para sesiones de running.
  • Prestaciones smart: Alarmas, sistema de notificaciones de apps (las que tu quieras, afortunadamente), control del disparador de la cámara del móvil en remoto y diferentes interfaces de pantalla.
DaFit interfaz
Pantallas de la aplicación DaFit

A nivel de hardware cuenta con un único botón físico que nos sirve para encender o apagar la pantalla o volver atrás, y a eso lo únele, como cabría esperar, la interacción táctil con la pantalla. Tiene también, por cierto, protección contra salpicaduras. La idea no es ir a nadar con él, pero al menos puedes bañarte o utilizarlo en sesiones intensivas de deporte sin riesgo.

Cada screen, por cierto, se centra en un tema en particular, y esto me parece todo un acierto. Hay una que te muestra datos de actividad, otra con el ritmo cardíaco… Navegas entre ellas haciendo swipe hacia arriba o hacia abajo, pudiendo volver a la pantalla inicial apretando el botón físico.

En fin, la tónica esperable de un smartwatch que por otro lado, y sobre todo para el precio que tiene, acierta tanto en la forma de mostrar la información como en la cantidad de prestaciones que ofrece.

auriculares tranya

Sin olvidarnos de los auriculares

Porque esa es otra. Cuando pensamos en wearables, solemos hablar de smartwatches, de smartbands y si eso de algún que otro producto que solemos ponernos y que incluye algo para que sea considerado «smart». Y sin embargo obviamos que los auriculares no dejan de ser de los primeros wearables que hemos tenido. Y que los usamos a diario.

Otro ejemplo de mercado que ha sufrido en apenas un lustro un cambio radical con la paulatina erradicación del jack de auriculares en el smartphone en favor de la conectividad bluetooth.

Y si, de nuevo es imposible no hablar de esa Apple cuyos últimos resultados financieros (EN) dejan claro que el negocio de crear auriculares va como un tiro:

  • iPhone: 55.957 millones de dólares.
  • Mac: 7.160 millones de dólares.
  • iPad: 5.977 millones de dólares.
  • -> Wearables, hogar y accesorios: 10.010 millones de dólares.
  • Servicios: 12.715 millones de dólares.

Es decir, que los accesorios ya representan la tercera pata de mayor facturación de los de Cupertino, superando al iPad y por primera vez también al Mac. Y es más, es donde más crecen, teniendo en cuenta que tanto Mac como iPad están a la baja y el iPhone a duras penas parece seguir hacia arriba (les ha salvado un ligero aumento de las ventas en Europa y América presumiblemente debido a la caída de Huawei).

Un servidor se pasó ya hace bastantes años a la conectividad bluetooth, y por aquel entonces me encontraba con las mismas reticencias sociales que he visto con los smartwatches:

A la gente antes le chocaba ver a alguien caminando por la calle y hablando aparentemente solo, sin tener en la mano el smartphone.

Los tiempos pasan y ahora parece que ya es lo normal. Hasta el punto de que se ha creado una suerte de seña cultural en eso de llevar un dispositivo metido en la oreja que, por ejemplo, desincentiva el que te molesten cuando estás trabajando en una oficina.

Estos días por Asturias he estado probando unos auriculares de la marca TRANYA, y maldita sea, cada vez me cuesta más ponerles peros a los inear bluetooth.

El estuche de guardado, que hace las veces de carga junto con la autonomía propia de cada auricular, me está dando más de una semana de uso bastante intensivo (unas 2/3 horas diarias de media en reproducción de música/podcast y llamadas). Respecto a su uso continuado diría que la carga de los auriculares sin pasar por el estuche me da alrededor de 5 o 6 horas. Y el estuche tiene el tamaño justo para meterlo en el bolsillo sin que moleste, aunque si voy a estar poco tiempo fuera (por ejemplo cuando salgo a entrenar) directamente lo dejo en casa.

De calidad de sonido, para alguien que como ya he dicho en más de una ocasión no es que sea precisamente un sibarita, van todo lo perfectos que pueden ir unos inear. En su día probamos por estos lares unos Sony que son la repera (130 libras pagué por ellos) y sinceramente ese extra de calidad al menos yo no soy capaz de disfrutarlo… teniendo para colmo un volumen máximo que era demasiado bajo para mi gusto.

En este caso solo les puedo poner un pero, y es que me gustaría que tuvieran un pelín más de volumen. Nada, como decía, que sea crítico (lo de los Sony sí era terrible, en serio), pero para alguien que le gusta escuchar música a todo trapo en exteriores con ruidos de obra o mucho barullo se echa de menos algo más.

Eso sí, la calidad del micrófono diría que es menor de lo que me gustaría para un dispositivo de este precio. Sobre todo en exteriores, cuando he estado hablando con gente mediante llamada, he notado que a veces me oían peor, teniendo que repetir lo que había dicho.

Como añadido, y esto ya es para rizar el rizo, cuando los metes ambos en el estuche de carga sin parar previamente lo que estés reproduciendo directamente se para en la aplicación de turno… y lo que es más importante, no fuerza a que se reinicie.

Que puede parecer una tontería, pero me ha pasado ya con algún que otro auricular que en vez de mandar la señal de Pausa manda la de Reinicio con Pausa, lo que hace que la próxima vez que empiezo a escuchar el podcast tenga que volver a buscar por qué minuto iba.

Con los TRANYA por tanto, en líneas generales, estoy más que contento. Encima el estuche se carga vía USB de tipo C, cuyo cable por cierto viene incluido también (a estas alturas hay que decirlo…) así que para viajes, de paso, me ahorro tener que llevar un cable de MicroUSB antiguo en la mochila.

El éxito silencioso de los wearables

En fin, que como decía ya estamos en un entorno en el que:

  • Por un lado, cada vez utilizamos más wearables en nuestro día a día: Mi madre lleva ya unos años utilizando una SmartBand, y no hay más que echar un ojo a la gente por la calle para darse cuenta del terrible éxito que están teniendo algunos de estos productos low-cost.
  • Y por otro, esta disrupción ha llegado en apenas un lustro de una manera totalmente natural: En algunos casos, como en el de los cascos, por la necesidad de eliminar el cable. Y en otros por el simple hecho de que el dispositivo anterior ofrecía muchísima menos funcionalidad.

Un entorno más rico en opciones, y sobre todo cada vez más asequible económicamente.

Porque esto es lo de siempre. Apple mete la patita, abre el camino… y luego llegan las propuestas a precios razonables.

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