restrospectiva editorial v

Es increíble cómo, llegados a estas fechas, año tras año siento la necesidad de tomarme un respiro en la rutina informativa del día a día y sentarme a conversar con usted de los objetivos de este proyecto (el blog personal) y todo lo que supone en mi vida.

Como ya llevo haciendo desde hace algo más de cinco años  (por aquí el primero, por aquí el segundo, por aquí el tercero, por aquí el cuarto), a finales de agosto, principios de septiembre, suele caer una pieza que denomino Retrospectiva Editorial, en la que intento ahondar en las razones de por qué demonios sigo escribiendo a diario. Un diálogo que en primera instancia lo realizo conmigo mismo, y que en segunda, y puesto que el medio elegido se presta para ello, abro para que sean todos ustedes los que puedan exponerme las razones de por qué demonios siguen leyéndome.

Supongo que tiene que ver el hecho de que estas fechas son las más paradas en cuanto a noticias trascendentes, y que además, estamos justo en esa transición incómoda de la temporada veraniega al comienzo de curso.

Un momento en el que todos, en mayor o menor medida, nos preguntamos de dónde venimos y hacia donde vamos, y un momento perfecto para trasladar todas esas dudas a la otra pata de un proyecto colaborativo como se ha vuelto escribir en la red: la Comunidad.

Así pues, vamos al lío.

Sobre la línea editorial

Por lo que veo desde la última retrospectiva editorial, he escrito alrededor de 250 artículos más, llegando ya a algo más de 1.700 piezas publicadas en esta santa casa.

Claro que, como bien sabe, PabloYglesias no es el único lugar donde escribo. Quedan fuera de conteo mis dos piezas semanales en el blog de SocialBrains (ES), en la intranet de mecenas (ES/entre uno y tres semanales), más alguna colaboración extra que puede consultar en la sección de Archivo de esta web, como las que periódicamente estoy haciendo para la revista en papel ETC, y las múltiples entrevistas que me han ido haciendo últimamente en diferentes medios, canales de Youtube, y periódicos.

El año pasado ya había empezado a tomarme las cosas con filosofía, dejando los fines de semana «libres» para preparar piezas que luego se irían publicando durante la semana, hasta llegar a una rutina de trabajo que intento cumplir a rajatabla:

Al lunes tengo que llegar con al menos tres piezas preparadas para PabloYglesias y una para la intranet de mecenas. Eso significa que durante la semana tendré que escribir dos piezas más para el blog, dos para SocialBrains, más el trabajo del viernes, que destino para preparar las dos newsletter, una de ella accesible por todos los miembros de la Comunidad y que recibirán al lunes próximo, y otra exclusiva de mecenas, que recibirán el próximo miércoles.

Eso significa, como seguramente se habrá dado cuenta, que aunque el fin de semana ya no estoy publicando nada, realmente sigo escribiendo como un poseso. Sin ir mas lejos, esta pieza la estoy escribiendo en la mañana del domingo, aunque previsiblemente usted no la va a leer hasta finales de semana.

Y pese a que parece una tarea titánica, esto me está permitiendo disfrutar más de la experiencia de escribir en Internet sin los atropellos que tenía hace unos años. Hay veces que por exigencia del guión tengo que preparar una pieza a primera hora de la mañana ya que ha ocurrido un acontecimiento que quiero tratar ese mismo día, pero lo habitual es que tenga tiempo para reposar las ideas, delegando ese afán puramente informativo en los medios de comunicación, y centrándome en lo que creo que de verdad puedo aportar: opinión profesional.

Precisamente este tema es algo que ya he comentado en más de una ocasión. Entiendo que si viene a leerme lo hace porque no busca puramente información, sino una lectura profesional (que no objetiva) sobre X tema.

Hace años intenté seguir el pulso informativo en tiempo real, y puesto que soy solo una persona y mi tiempo es finito, creo que lo más acertado es ante una noticia dejar que ésta evolucione y plasmar por aquí a posterior sus implicaciones. Cosa que los medios, dependientes de factores económicos, no pueden permitirse. Y que en un proyecto de blog personal viene como anillo al dedo.

Lo que significa que, salvando honrosas excepciones, por aquí no va a leer inmediatez, sino profundidad. Una profundidad bien documentada, reposada y llena de matices, que generalmente me obliga a ponerme en la piel de perfiles con los que personalmente no comparto intereses, pero que entiendo representan al grueso de la sociedad (lo que debería importarnos, vaya).

A nivel de formatos, por cierto, sigo encontrándome cómodo en los artículos de más de 1200 palabras, con alguna que otra pieza semanal que llega a superar las 3000. Como seguramente sepa si lleva tiempo por estos lares, he ido probando diferentes, y la verdad es que en poco más de 1.000 me da lo suficiente como para dedicarle una pieza en profundidad a un tema específico sin caer en la pura repetición.

Soy de meter muchos enlaces, y es que de verdad, creo que lo mejor que tiene el formato de texto en la web es la capacidad de hiperenlazar contenido. Por eso sufro cuando veo todos esos blogs y medios que editorialmente se niegan a enlazar a las fuentes originales, complicando al lector el trabajo de compulsar su veracidad, y negándoles la opción de profundizar más en un tema específico.

Sin embargo, sigo manteniendo el formato más ágil (unas 600 palabras) en SocialBrains y en la Intranet, lo que me permite también ir cambiando y no sentir que hago exactamente lo mismo en diferentes entornos.

Sobre las temáticas tratadas

Sigo hablando de nuevas tecnologías y seguridad de la información. Son los temas que más me ponen, y raro será que esto vaya a cambiar dentro de unos años.

Sin embargo, y ya lo veía venir el Pablo de 29 años, me he dado cuenta de que poco a poco estoy centrándome más en temas relacionados con la inteligencia artificial, la analítica de datos y el machine learning.

Supongo es algo puramente circunstancial del momento que estamos viviendo. También es cierto que mi trabajo como desarrollador ha ido paulatinamente quedando en un segundo plano (sí, sigo haciendo páginas webs, que es lo que demandan los clientes) en favor del análisis de BI, tanto en temas de ciberseguridad, como reputacionales. Y esto me lleva a utilizar herramientas de small data y a pelearme cada vez más con el análisis de datos.

Para colmo, la IA está en todos los sitios, así que piezas que antes analizábamos desde la óptica del desarrollo, ahora requieren ahondar en principios de redes neuronales y estructuras de grafos que hasta el momento parecían entes externos de la informática.

También veo que he seguido con varias series de artículos, en un intento por estructurar de forma organizativa el contenido de la página. #MundoHacker, en la que intento resumir de manera práctica las medidas de ataque y defensa en el mundo digital. Los Especiales como esa excusa para tratar en formato white paper temas muy complejos. Relatos, una manera creativa de dar salida a asuntos de actualidad tecnológica desde la ciencia ficción. Y #EnProfundidad, que últimamente estoy utilizando para las reviews de productos que compramos con el dinero donado por los mecenas de la Comunidad.

El papel trascendente de la Comunidad

Decía al principio de la pieza que este proyecto tenía dos patas, y una de ellas era la Comunidad.

Supongo que la mayoría leerán esto y pensarán lo típico de:

Ya está Pablo intentando quedar bien con esos numeritos que le aparecen en Analytics…

Pero lo cierto es que todos aquellos que tengan un proyecto personal expuesto al público como es mi caso entenderán la importancia real que tiene ser consciente de que detrás hay una Comunidad de personas (gente de carne y hueso, y no numeritos) entregada.

Soy consciente de que la página no es el blog con mayor número de comentarios del sector, pero el haber en su día decidido centrarme en el papel de los emails como canal de comunicación bidireccional con la Comunidad hace que pueda estar tan orgulloso de lo que hemos creado entre todos.

A finales del mes que viene volveré a hacer una limpieza de inactivos, así que espero que bajemos del millar de miembros. Mi interés con estas limpiezas es precisamente esa: que el que quiera estar tenga que demostrarlo. Y quien no quiera, incentivarle a que abandone la Comunidad, o en último caso, ser un servidor quien lo expulse.

Creo que es absurdo esa mentalidad tan generalizada que tienen la mayoría de bloggers de aglutinar cuanto mayor número de suscriptores mejor. Y lo peor es que las empresas que están por detrás, y que son a fin de cuentas las que hacen sustentable la mayoría de estos proyectos, así lo demandan.

Soy consciente de que si no eliminara periódicamente cientos de inactivos, hoy en día la Comunidad estaría formada por varios millares de supuestos lectores, con las tasas de apertura media del sector (en torno a un 20% en el mejor de los casos). Sin embargo, puedo decir sin miedo a error que los emails que envío semanalmente los leen como mínimo un 80% de los miembros, y que cada uno recibe no menos de varias decenas de comentarios.

El proyecto de crowdfunding de la Comunidad ha ido evolucionando todo este tiempo hasta volverse una de las referencias incuestionables del blogging en español. Y ojo, que no lo digo yo. Basta con revisar cuántos blogs personales (que no canales de youtube o podcasts) de actualidad tecnológica han conseguido llegar hasta donde estamos hoy en día, con cerca de 150 dólares mensuales de base.

Un dinero que me está permitiendo comprar todos aquellos productos que la Comunidad me sugiere, probarlos para escribir la review oportuna, y luego sortearlos entre los miembros.

Con un canal de Telegram que echa humo cada semana. Con esa labor de píldora informativa semanal, dirigida a profesionales del sector, pymes y autónomos, que supone la newsletter exclusiva de ciberseguridad. Con las consultorías individualizadas y mensuales a los mecenas más exigentes, y con la preparación del Curso sobre Presencia Digital Saneada que espero poder ofrecer como beta gratuita a los mecenas WPA-Enterprise y superior antes de que acabe el año.

En fin, que seguimos dándole caña al asunto. Y que espero poder seguir haciéndolo muchos años más.

hoy en día, sin embargo, sigo dependiente de los designios profesionales y económicos que tengo. Ojalá el día de mañana pueda tener la certeza de que incluso si por lo que sea en la pata profesional no me va bien, obtenga por estos lares un sueldo mínimo para asegurar que el proyecto siga en pie.

Cosa que entiendo que podría conseguir hoy en día simplemente haciendo como han hecho otros tantos blogs: Convirtiéndome en un medio, inflando esto a publicidad y aceptando todas las propuestas de artículos patrocinados absurdos y puramente publicitarios que me envían semanalmente.

Pero quiero pensar que en unos años en el mercado hispanohablante será posible vivir de escribir gracias al apoyo de la Comunidad, y no exclusivamente de las marcas. Que pueda mantener esa independencia publicitaria que creo que es seña de identidad de quien escribe estas palabras, y a la vez, obtener un rédito a la altura de las horas que le dedico a este proyecto por aquellos que quieren que este proyecto siga adelante.

Servicios como Netflix, Spotify o HBO ya lo han conseguido. Si estamos pagando 10 dólares mensuales por consumir contenido de entretenimiento, ¿es pedir mucho invertir 1 o 3 dólares en estar bien informados?

En el mundo anglosajón esto ya es posible, y presuponiendo que nos lleven cinco o siete años de ventaja, eso significaría que dentro de poco podríamos llegar a conseguirlo. Hablamos ya más de un cambio de mentalidad cultural que de una problemática técnica.

Algo que a todas luces se va disipando conforme más tiempo pasa.

 

Muchas gracias por seguir por aquí un año más.

Muchas gracias a todos los que han llegado recientemente.

¡Nos seguimos leyendo!

 

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Y si el contenido que realizo le sirve en su día a día, piense si merece la pena invitarme a lo que vale un café, aunque sea digitalmente.

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