netflix elige tu propia aventura

Me acuerdo de una conversación que tuve en mi último viaje a Silicon Valley con una de las responsables de un proveedor de televisión por cable. En la misma, nos preguntaba sorprendida el porqué parecía que la juventud, y más en particular los emprendedores, eramos tan reacios a seguir consumiendo televisión, habida cuenta de que todos los estudios aseguran que somos de las generaciones que más consumo televisivo hacemos, y que para colmo estamos en un sector eminentemente digital, cargado, como no podría ser de otra manera, de una cultura televisiva absoluta.

Y mi respuesta sigue siendo la misma hoy en día. Sencilla y llanamente quien escribe estas palabras consume muchísimo contenido televisivo. La única diferencia es que lo consumo fuera de los canales, a la hora que a mi me da la gana, y con la intensidad que mi agenda me lo permita.

Que llevo años sin utilizar la televisión más que para reproducir lo que le envío a ella desde mi smartphone. Que me como a la semana temporadas enteras de series (estoy ahora mismo, por ejemplo, dándole un tiento a Sense 8 (ES), que la tenía pendiente desde hace tiempo, y The Assassination of Gianni Versage (EN)), que suelo trabajar con el iPad al lado reproduciendo programas televisivos tales como «Salvados» o «Equipo de Investigación», y que voy al cine como mínimo una vez al mes.

Pero todo esto lo hago sin comerme publicidad invasiva, marcándome yo mismo cuánto quiero consumir y a qué hora. No supeditado a las decisiones de la cadena de turno.

Así, ya he dicho en más de una ocasión que en casa pagamos Netflix, Amazon Prime Video y hasta hace nada Movistar Plus, Vodafone TV y HBO. Y pese a todo, también pirateo, ya que aunque estoy pagando prácticamente todos los servicios de streaming de contenido sigue habiendo contenido que por hache o por be no puedo localizar en ninguna de estas plataformas. Ni tan siquiera en las oficiales de las propias cadenas, como puede ser ATresMedia, La 1 o MiTele.

Que lo hago porque manda cojones que a las puertas de 2019 la experiencia de consumo de contenido «ilegal», como puede ser la que te da un servidor físico de Plex con las descargas automatizadas vía Torrent, siga para algunas cosas siendo incluso mejor que la experiencia de las plataformas de pago. Que como explicaba hace poco, Netflix, que parece ser el caballo ganador hoy en día, base su negocio en complicarnos la vida con muchísimo contenido de calidad baja y un sistema de búsqueda y filtrado que deja muchísimo que desear.

Pero volvamos al tema principal, que me pongo a despotricar y no paro :).

La figura cada vez más difusa de la caja tonta

El televisor ha sido históricamente un dispositivo de consumo pasivo. Lo encendías, te sentabas, desconectabas el cerebro y a ver pasar la vida por delante de tus ojos.

Con la llegada de la digitalización, se apostó de forma generalmente bastante pobre por dotar de contextualidad activa al consumo televisivo. Por ahí tenemos propuestas que han resultado ser un completo acierto como la de realities de la talla de Gran Hermano o Operación Triunfo, que aunque no son ni mucho menos santo de mi devoción, hay que reconocerles que han sabido aprovechar Twitter e incluso el discurso transmedia de una forma brillante.

Ahora bien, seguimos anclados en la idea de consumo pasivo en la «caja tonta», con añadidos de producción activa en el smartphone. En una segunda pantalla, vaya.

Hacia mecánicas de «Elige tu propia aventura» en derroteros historicamente pasivos

Es ahí donde entran iniciativas como la que recientemente anunciaba Netflix (EN), y que como veremos, ni mucho menos han sido los primeros en testar.

Hablo de traer de vuelta la figura de los cuentos de «Elige tu propia aventura» al consumo televisivo. El hecho de que tus decisiones como consumidor modifiquen la trama y por tanto el desenlace de una obra.

Algo que quizás los más jóvenes en la sala no hayan vivido. De pequeñajo un servidor disfrutaba como el enano que era con estos cuentos en los que según tus decisiones, tenías que ir a una página u otra del cuento para seguir la trama. Una trama que por tanto iba evolucionando, generalmente hasta que se acaba de golpe por la muerte del protagonista, xD.

Esta semana nos enterábamos que Netflix está trabajando con los chicos de Black Mirror (una de mis series favoritas) creando un capítulo que se basará en esta misma premisa. A lo largo del mismo tomaremos alguna decisión, y esa decisión o decisiones cambiarán el desenlace del mismo.

¿Que cómo se hará?

Pues lo más probable es que sea de la manera más sencilla posible. Al igual precisamente de otra obra disponible en Netflix y enfocada esta vez al público joven llamada «El gato con botas: atrapado en un cuento épico», y que como se ve en el vídeo a continuación, te dejaba elegir con el mando (derecha/izquierda) qué decisión debía tomar el gato con botas.

Ver en Youtube (ES)

Y decía que no es la primera propuesta de un gigante en este sentido, ya que HBO también probó en su día con la creación de contenidos interactivos en «Mosaic», que tenía una parte de miniserie al uso (consumo pasivo tradicional), y otra parte de consumo vía una app para iPhone/iPad (EN) en la que sí tomabas decisiones.

Trasladando mecánicas del mundo del juego

Un acercamiento más hacia la interacción a la que ya estamos acostumbrados en el mundo del entretenimiento en general. Tanto de juegos de mesa, como de videojuegos e incluso juegos recreativos. La interactividad nos permite sacar el mejor provecho de bet365 (EN) y el resto de plataformas de juego online, ahí donde la figura clásica del juego es incapaz de llegar. El Heartstone es un ejemplo de guión de cómo partiendo de las reglas tradicionales de un juego de cartas se puede crear una obra interactiva mucho más rica en mecánicas. Algo que me encantaría que fuera el presente/futuro de la industria, sobre todo dentro del género de terror, considerando que precisamente este género lleva (desde mi humilde opinión) varios años sin sacar nada que de verdad cumpla lo que promete.

Y entre las razones soy consciente que está el hecho de que actualmente es mucho más complicado sorprendernos (estamos muy habituados a los estímulos visuales), que el tirarse a lo fácil (los sustos que se basan en ponerte una cara horrible y subir el volumen de golpe para que te salga el corazón) es más sencillo y sigue vendiendo, y que también (y aquí vuelvo al tema del que hablamos) la pasividad del medio no juega a su favor.

Juegos como The Conjuring (trailer bajo estas palabras) o la primera media hora del Resident Evil 7 (luego no deja de ser un survival horror con armas al uso) me han hecho sentir con unos ya treinta añazos verdadero pavor. La última película que consiguió hacer esto fue «La Cuarta Fase» (ES), y tiene ya casi 10 años.

Ver en Youtube (EN)

En líneas generales, una propuesta interesante, que espero acabe mejor que la ya citada «Mosaic» (resumen: al final la implementación fue más bien pobre para lo que muchos esperábamos), y que poco a poco se vaya trasladando a toda la industria.

A fin de cuentas, generar mayor inmersión es el santo grial de la industria. Lo hablábamos precisamente hace nada en un artículo en exclusiva para los mecenas de esta Comunidad. Y romper las barreras de pasividad del medio está ya al alcance de cualquiera.

Todos tenemos un smartphone con el que interaccionar, la mayoría de televisores que hay en el mercado son smart-tv, y la mayoría de los mandos de estos televisores permiten un grado aunque sea básico de mapeado, con un nivel de interacción como mínimo decente.

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